Complejo Lagunar Ojo de Liebre – Guerrero Negro

Complejo Lagunar Ojo de Liebre – Guerrero Negro está ubicado en la comunidad de Guerrero Negro, Municipio de Mulegé, en el estado de Baja California Sur. En septiembre del 2000, el humedal Guerrero Negro, de 20.102 hectáreas (49.651 acres), fue designado como un Sitio de Importancia Internacional por la RHRAP, nominado por Exportadora de Sal S.A. de C.V. (ESSA), una compañía para la explotación de sal. Por los trabajos de investigación y monitoreo en la zona, nuestros socios descubrieron que el complejo más grande, Ojo de Liebre – Guerreo Negro (163.765 hectáreas [404.500 acres]), cumple el criterio del Sitio de Importancia Hemisférica por albergar más del 30% de la población biogeográfica de tres especies: el Picopando canelo (Limosa fedoa, 50%), el Playero rojizo del Pacífico (Calidris canutus roselaari, 32%), y el Costurero de pico corto del Pacífico (Limnodromus griseus caurinus, 68%).

El sitio se encuentra en la porción media occidental de la Península de Baja California, México, en la Bahía de Sebastián Vizcaíno. En dicha bahía se localizan tres grandes cuerpos de agua: Laguna Manuela (600 hectáreas), Laguna Ojo de Liebre (57.100 hectáreas), y Laguna de Guerrero Negro (10.000 hectáreas). Este complejo lagunar colinda con el desierto El Vizcaíno. Tanto la bahía como el desierto pertenecen a la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno. El clima de la región es árido, con lluvias de invierno que comúnmente no rebasan los 100 mm anuales. La vegetación está constituida predominantemente por matorral xerófilo y es, en general, baja y escasa. La temperatura media anual oscila entre los 18 y 22 °C.

Al este de Laguna Ojo de Liebre se localiza la salina de Guerrero Negro (Exportadora de Sal, S. A. de C. V.). Ésta salina es la más grande del mundo, con una producción media anual de ocho millones de toneladas. La empresa basa su producción en la evaporación solar y eólica de agua de mar. Está constituida por una serie de áreas de concentración, las cuales no están influenciadas por el nivel de marea. Además, las condiciones fisicoquímicas y las características biológicas de las áreas se mantienen estables a lo largo del año, lo que es un requisito indispensable para que se verifique adecuadamente el proceso de producción de sal. Dicha estabilidad ha permitido el asentamiento de comunidades diversas de peces e invertebrados mismas que son utilizadas por las aves para alimentarse.