Acerca de las Aves Playeras

¿Qué es un Ave Playera?

Las aves playeras son un grupo diverso de aves del orden Charadriiformes, que incluyen chorlos, chorlitos, avocetas, ostreros y falaropos. Hay aproximadamente 235 especies reconocidas de aves playeras en el mundo, 87 de las cuales ocurren regularmente en las Américas durante todo o parte de su ciclo de vida. 52 especies tienen poblaciones que se reproducen en Norteamérica y 38 especies en América Central, el Caribe y América del Sur.

La mayoría de las aves playeras se encuentran cerca del agua, pero varias especies prefieren hábitats lejos de la costa. Muchas especies son migratorias de larga distancia, que viajan cada año (de ida y regreso!) desde las zonas de reproducción en la tundra ártica, hasta las zonas no reproductivas en el sur de Suramérica.

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Las aves playeras se encuentran desde marismas intermareales, playas arenosas y costas rocosas hasta humedales de agua dulce, pastizales, campos arados y tierras agrícolas inundadas. Se alimentan principalmente de moluscos, pequeños crustáceos, gusanos marinos e insectos. Las aves playeras abarcan una variedad de tamaños, formas de picos y longitudes de patas, y cada especie está adaptada de forma única para acceder a sus alimentos preferidos en sus hábitats específicos.

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El Viaje Anual

Migrantes maratónicos

Las migraciones de aves playeras son las maratones de resistencia del mundo natural. Para los Playeros Rojizos, los Playeros Canela y las Agujas Café -especies que se reproducen en el Ártico, e invernan en el extremo sur de Suramérica- las migraciones pueden abarcar 32,000 kilómetros por año.

Encontrando el festín

¿Por qué arriesgarse en una migración que requiere tan increíble resistencia? La respuesta puede ser tan simple como la “cena”. Los extraordinarios viajes hemisféricos de las aves playeras coinciden con la oferta de alimentos predeciblemente abundantes en cada parada.

Considere el caso de la población rufade Playeros Rojizos: su temporada de anidación se sincroniza con el breve auge de la vida de los insectos durante el verano ártico; a medida que la fuente de alimento disminuye, se dirigen hacia el sur para deleitarse en las mareas de la costa Atlántica.

Su viaje hacia el norte está programado para coincidir con el desove de los Cangrejos Herradura, especialmente en la Bahía de Delaware. Los huevos de Cangrejo Herradura tienen un alto contenido de grasa y proteínas que ayudan a los Playeros Rojizos a duplicar su peso, que es el combustible para su última etapa antes de regresar al Ártico.

Persiguiendo la luz del día

Viajando miles de millas, las aves playeras se mueven a medida que su clima se vuelve más difícil y desafiante. Se trasladan a lugares donde el clima es más benigno y menos estresante para ellos. Por ejemplo, en junio, las zonas de reproducción en el Ártico ofrecen 24 horas de luz solar. Tener el doble de horas de luz da, les permite a las aves playeras tener mucho más tiempo para alimentarse y almacenar energía. El alimento es la motivación constante y, para estos migrantes hemisféricos, nunca está lejos la hora de salida del próximo viaje.

Protección de los sitios de temporada

En su búsqueda de alimentos y zonas de reproducción, el hogar de las aves playeras no está en ninguna parte, pero sí en todas partes. Como resultado, las aves playeras son difíciles de rastrear, monitorear y proteger. Los sitios de parada, donde las aves playeras se congregan en grandes cantidades para descansar y recuperarse, son esenciales para proteger y asegurar una conservación exitosa.

Dejando Patagonia

Al igual que las aves playeras Neárticas que huyen de los inviernos fríos del hemisferio norte, varias aves playeras australes huyen de los inviernos fríos del hemisferio sur. Especies australes como el Chorlito Chileno (Charadrius modestus) y la Agachona Chica (Thinocorus rumicivorus) son solo dos de estas especies patagónicas que se mueven hacia el norte después de la reproducción. El enigmático Chorlito de Magallanes (Pluvianellus socialis) es más un migrante altitudinal, dejando lagunas en las mesetas andinas para invernar a lo largo de los estuarios de la costa sur del Atlántico. Muchas de estas aves dependen de los mismos sitios de parada que sus parientes Neárticos.

Fotos de la página de arriba para abajo:Brad Winn, Laura Chamberlin, Shiloh Schulte, Brad Winn, Arne Lesterhuis.