Reserva Natural de Port Aransas en Charlie’s Pasture

La Reserva Natural de Port Aransas en Charlie’s Pasture se encuentra en la costa del Golfo de Estados Unidos, en el condado de Nueces, Texas. Esta área protegida abarca más de 493 hectáreas (1,217 acres) y está compuesta por pequeños estanques, extensos planos intermareales, marismas y hábitats estuarinos, rodeados de una zona de tierras altas que alberga especies nativas de pastizales y matorrales. El extremo oriental de la reserva contiene un gran humedal, donde se encuentran las aguas más profundas de la zona. La suave pendiente del humedal crea un entorno diverso que alberga especies que van desde pelícanos hasta el Playerito de Baird (Calidris bairdii).

Este lugar representa una de las pocas extensiones contiguas de terreno no urbanizado de la llanura costera de Texas conservado con fines ambientales, ecológicos e históricos. La reserva está ubicada en la ciudad de Port Aransas, rodeado de comunidades residenciales, campos de béisbol, un pequeño aeropuerto, una instalación de tratamiento de aguas y un canal de navegación.

En la Reserva Natural de Port Aransas en Charlie’s Pasture se han registrado 37 especies de aves playeras. Estas especies utilizan el área durante la migración, aunque la mayoría usa el sitio para la alimentación y descanso durante el invierno boreal. Además, la reserva ofrece un importante hábitat reproductivo para cinco especies, incluidas el Chorlito Picogrueso (Anarhynchus wilsonia) y el Chorlito Nevado (A. nivosus).

La reserva fue designada como un sitio WHSRN de Importancia Regional debido a la presencia significativa de más del 1% de las poblaciones biogeograficas de cuatro especies de aves playeras: el Chorlito Picogrueso, el Chorlito Silbador (Charadrius melodus), el Chorlito Nevado y el Playero Común (Calidris alpina).

Los datos utilizados para designar el sitio WHSRN se obtuvieron a partir de el censo Internacional de Aves playeras (ISS por sus siglas en inglés), listas de eBird y censos periódicos de aves playeras realizados por el Programa de Bahías y Estuarios de Coastal Bend (Coastal Bend Bays & Estuaries Program  -CBBEP)

Además de su importancia para las aves playeras, la Reserva Natural de Port Aransas en Charlie’s Pasture es un importante lugar de invernada para la grulla trompetera (Grus americana), una especie en peligro de extinción a nivel mundial. El lugar es también un importante lugar de descanso para los patos durante las temporadas de caza, y alberga un gran número de garcetas rojizas (Egretta rufescens), especie casi amenazada a nivel mundial, con un recuento máximo de 38 individuos.

Las principales amenazas identificadas para el lugar son las actividades recreativas, las especies invasoras y las especies nativas problemáticas. Aunque las actividades recreativas, y el turismo en general, tienen un efecto positivo en la reserva natural porque contribuyen a financiar su funcionamiento y los salarios del personal, también pueden tener efectos negativos por el aumento de la presencia humana. Las ordenanzas municipales prohíben caminar y montar en bicicleta fuera de los senderos, y el personal de la reserva colabora activamente para garantizar el cumplimiento de estas normas.

En la reserva hay especies invasoras, como cerdos ferales y el pimentero de Brasil (Schinus terebinthifolia). Las acciones de manejo incluyen el personal de la reserva trabajando continuamente para controlar estas amenazas. Se han identificado mapaches y coyotes como especies nativas problemáticas, por ejemplo se reportado la presencia de huellas de coyote junto a nidos depredados en el suelo. El personal de la reserva está estudiando el manejo de estas especies en beneficio de las aves playeras.

Aparte de estas amenazas, la Reserva Natural de Port Aransas en Charlie’s Pasture, al ser un entorno costero, también es vulnerable a las inundaciones y los fuertes vientos de los huracanes, así como a los posibles efectos negativos del aumento del nivel del mar debido al cambio climático. La reserva está elaborando un plan para mitigar los efectos de la subida del nivel del mar en los planos lodosos y garantizar que las infraestructuras sean más resistentes a las inclemencias meteorológicas.

El dique que divide la reserva del canal de navegación adyacente quedó destruido durante el huracán Harvey. Esto provocó la destrucción de senderos y la degradación del hábitat por la erosión y la deposición de sedimentos. Desde entonces, el Ayuntamiento ha restaurado el mamparo y reconstruido el malecón. El malecón y el sistema de senderos son fundamentales para reducir las molestias humanas a las aves nidificantes al mantener al público confinado en determinadas zonas. Las infraestructuras restauradas son ahora mucho más resistentes a futuras.