Un caso ejemplar de manejo de un Área protegida: Área Natural Protegida Península Valdés

Kilómetros de caminos atraviesan la estepa patagónica y surcan la Península Valdés, llevando a sus visitantes a un recorrido por ambientes tan diversos como playas de arena y de roca, caletas, restingas, salares e impresionantes acantilados formados por abundantes restos de fósiles marinos.

La importancia del sitio es reconocida por numerosas designaciones nacionales e internacionales (Sitio Ramsar, Área Natural Protegida de la provincia de Chubut, Patrimonio de la Humanidad y Sitio de Importancia Regional de la RHRAP). Sin embargo, las tierras de la península son en casi su totalidad privadas, y en ella coexisten actividades económicas y productivas de diversa naturaleza.

En la extensión continental se desarrolla ganadería extensiva de ganado ovino para la producción de lana. El turismo es otra actividad muy importante. El sitio recibe anualmente un promedio de 320.000 visitantes. Puerto Pirámides es el asentamiento más grande y conocido de la península, y el que recibe a la mayoría de los turistas. La pesca, realizada en versión artesanal por buzos marisqueros, pescadores de costa y marisqueros de costa, también forma parte del escenario local.

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Izquierda: Una vista panorámica de Península Valdés Foto: Dr. Luis Bala. Derecha: Calidris canutus rufa en las zonas de invernada. Foto: Brad Winn.

Administración del Área

Península Valdés sorprende por su naturaleza. Pero también sorprende por los acuerdos logrados por los diferentes actores locales, tanto públicos como privados, para el manejo y la protección efectiva del sitio.

Las diferentes actividades productivas conviven en armonía con la naturaleza en Península Valdés, en donde se ha aplicado una receta que ha resultado exitosa: la creación por parte del Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas de la provincia de Chubut de una organización sin fines de lucro, integrada por representantes de los principales actores locales, para ejercer la administración y el manejo compartido del área: la Administración del Área Natural Protegida Península Valdés (AANPPV).

En el año 2001 se creó el Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas de la Provincia de Chubut, y luego el Área Natural Protegida Península Valdés. Para ésta última, también se aprobó su plan de manejo, que fue elaborado a través de un proceso participativo y en el que se establecen los objetivos y acciones vigentes hasta el día de hoy. Estos dos eventos sentaron las bases para la creación de la Administración del Área Natural Protegida Península Valdés, que tiene casi 20 años desde su creación, y 16 desde que comenzó a funcionar. Durante su existencia, la AANPPV ha generado y ejecutado de manera exitosa proyectos en diferentes áreas como infraestructura y administración.

El Directorio de la AANPPV es su principal órgano de gobierno, y está conformado por siete representantes de instituciones estatales y privadas. Existe un Presidente que es la Autoridad de Aplicación, un Gerente General, quien se ocupa del manejo operativo del área protegida y de la ejecución de proyectos. Un Consejo Asesor, formado por representantes de instituciones universitarias y de investigación de nivel nacional, ONGs y de prestadores de servicios, es consultado cuando se requiere opinión en cuestiones técnicas. El dinero recaudado por el cobro de entradas a los visitantes es la fuente de financiación que le otorga a la AANPPV la capacidad de sostener el funcionamiento cotidiano de la misma.

Si bien han enfrentado desafíos, los integrantes del AANPPV coinciden en que han logrado funcionar de manera armónica, priorizando intereses colectivos sobre los comunes. Y en que la existencia de una figura de gestión plural es la clave del éxito de la gestión del área protegida.

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Una de las restingas icónicas de Península Valdés. Foto: Marcela Castellino.

Sitio RHRAP en Península Valdés, una escala en la migración de los playeros rojizos

En el año 2012 Península Valdés se incorporó a la RHRAP como Sitio de Importancia Regional, por albergar a más del 1% de la población mundial de la subespecie Calidris canutus rufa. El istmo que une a la península con el continente divide al área designada como Sitio RHRAP en dos subsitios; mientras que el subsitio Golfo San José comprende un conjunto de playas arenosas de aguas cálidas, encadenadas y separadas entre sí por costas rocosas, el subsitio Golfo Nuevo consiste en una única y extensa playa de arena, bañada por aguas frías. Este sistema de playas es considerado como una unidad funcional que sustenta dinámicamente la población local de playeros rojizos.

Lamentablemente, los números de Calidris canutus rufaregistrados durante las últimas temporadas presentaron un patrón de disminución, en sintonía con lo observado a lo largo del Corredor Migratorio del Atlántico. No hay información desde la temporada 2013, año en que se dejaron de realizar los censos sistemáticos, por la dificultad de acceder a las playas. Ese último censo arrojó el registro más bajo: 174 playeros rojizos. Este número dista significativamente de los 20.000 individuos estimados por un equipo de Manomet liderado por Brian Harrington en el año 1981, cuando se censaron las playas de Península Valdés. En ese momento, miles de playeros rojizos paraban en el sitio para alimentarse durante su migración al norte.

Sin embargo, esta disminución no estaría relacionada con la calidad del hábitat en Península Valdés; mientras que las condiciones ecológicas del sitio se han mantenido similares en los últimos 30 años, la disminución de playeros rojizos en Península Valdés se registró después de la dramática disminución de individuos observada en la Bahía de Delaware a fines de la década de 1990, vinculada a la disminución en los números de cangrejo herradura.

Muchas otras especies de aves playeras frecuentan las playas de la península en busca de alimento y sitios tranquilos donde descansar. Entre ellas se destacan Calidris alba, Calidris fuscicollis, Calidris bairdii y Charadrius falklandicus.

Península Valdés y la Administración del Área Natural Protegida son el ejemplo de que es posible unir en un mismo objetivo común a diferentes actores, en pos del manejo sostenible de un área protegida. En Península Valdés, mecanismos de gobernanza transparentes y acuerdos claros entre las partes interesadas han demostrado ser invaluables para la gestión diaria del sitio, y constituyen la base del éxito en la protección de esta área tan importante para el ser humano, pero también para las aves playeras y la biodiversidad.

Agradecemos a Soledad Díaz Ovejero, Directora General Operativa y Logística de la Subsecretaría de Conservación y Áreas Protegidas de la provincia de Chubut y a Luis Bala, investigador del Instituto de Diversidad y Evolución Austral (IDEAus-CONICET), miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, por sus valiosos aportes para la redacción de este artículo. Ambos son los representantes por el sitio Península Valdés en el Consejo Argentino de la RHRAP.

Foto de portada: Una bandada de Playero Rojizo en vuelo. Foto: Dr. Luis Bala.