La conservación eficaz de las aves playeras requiere el manejo de los hábitats para que sean resilientes a los cambios. Esa labor puede incluir el manejo de las personas para reducir las perturbaciones a las aves y los hábitats; o el manejo propio de los hábitats para adaptarse o mitigar los efectos del cambio climático. Con esto tratamos de incrementar la resiliencia de las poblaciones de aves playeras para aumentar su capacidad de sobrevivir a impactos que no podemos controlar, como el desajuste en el calendario de los recursos alimentarios en el Ártico debido al deshielo cada vez más temprano en la primavera. Para lograrlo, buscamos nuevas oportunidades y colaboramos con diversos socios y actores para integrar y equilibrar la conservación de las aves playeras con las necesidades de bienestar humano. La resiliencia es nuestro enfoque constante.

Pero en 2020, la resiliencia adquirió un nuevo significado para nosotros y para el mundo en general. La pandemia de COVID-19 ha desafiado casi todos los aspectos de cómo “hacemos negocios”. Como el mundo cambió de la noche a la mañana, nuestro trabajo se detuvo. Se cancelaron los festivales para fomentar el apoyo de la comunidad, se suspendieron las actividades de investigación de campo y monitoreo, los talleres fueron pospuestos. El foco de atención de los tomadores de decisiones cambió comprensiblemente de la conservación a las necesidades humanas básicas. Pero las necesidades de conservación seguían presentes, y necesitábamos adaptar nuestro trabajo para seguir atendiéndolas.

En primer lugar, hicimos un balance de los aspectos positivos. En muchas zonas, el acceso restringido debido a las regulaciones de la cuarentena creó experiencias de “vida silvestre” para las aves playeras migratorias y nidificantes, mostrando cómo sería este hábitat sin los seres humanos. Por ejemplo, en el Monumento Histórico Nacional de Fort Pulaski en la costa de Georgia (EE.UU.), cerrado a los visitantes, miembros del equipo encontraron durante su monitoreo anual un número sin precedentes de aves playeras que se alimentaban en sus playas, lo que demuestra el potencial del sitio cuando se reducen las perturbaciones derivadas de la recreación.

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Izquierda: Seminarios web y eventos en linea hicieron posible la colaboración entre diferentes actores claves este año. Foto: Seminario web sobre perturbaciones SAVE/WHSRN EO. Derecha: Socios en Bolivia se preparan para visitar la Reserva Natural Barba Azul siguiendo las medidas de bioseguridad por Covid-19. Foto: Teodoro Camacho.

Luego fue nuestra oportunidad de poner la Red en la RHRAP /WHSRN, aprovechando nuestro nuevo mundo virtual. Dado que todos ingresamos a este mundo virtual, las barreras tecnológicas que en el pasado habrían impedido el intercambio virtual, ahora se redujeron. Adaptamos los planes de participación en persona, a eventos virtuales de entrenamiento, planificación y educación. Las reuniones y los seminarios web fueron transmitidos en vivo en las redes sociales, a menudo con traducción simultánea, abriendo las discusiones y la información a una audiencia más amplia de lo que normalmente es posible con las reuniones en persona. Se coordinaron los intercambios virtuales entre los sitios, lo que permitió que éstos se conectaran y aprendieran unos de otros, sin necesidad de realizar viajes internacionales costosos y que consumieran mucho tiempo. Hubo incluso salidas a campo virtuales, presentando a la gente sitios que de otro modo nunca verían.

Muchas actividades voluntarias y sobre el terreno tuvieron que reducirse o cancelarse para cumplir con las restricciones. Esto sin embargo permitió ofrecer capacitación virtual a personas deseosas de perfeccionar sus conocimientos para monitoreos futuros. Los seminarios web sobre identificación y monitoreo de aves playeras resultaron ser particularmente populares. En la Bahía de Delaware, mientras que las sesiones de capacitación para los nuevos voluntarios de la campaña reTurn the Favor tuvieron que ser canceladas, la participación de los voluntarios previos se intensificó, y siguiendo las pautas de distancia social se pudieron rescatar un número récord de 182.076 Cangrejos Herradura.

La clave del éxito de la RHRAP /WHSRN siempre ha sido su enfoque en la creación de capacidad local en los sitios para abordar las necesidades de conservación. La pandemia subrayó la importancia de este enfoque, siempre que fue posible muchos socios de los sitios pudieron responder rápidamente a los cambios en las restricciones locales para avanzar en el trabajo. Gracias al apoyo (y la comprensión) de muchos donantes generosos pudimos continuar r generando capacidades locales, desarrollando nuevos instrumentos y enfoques, ampliar nuestro trabajo con los socios para alinear la conservación de las aves playeras con la ganadería de pastizal natural y la producción de sal y camarones, y ofrecer a los socios la flexibilidad que necesitaron para modificar las actividades y los plazos de los proyectos para lograr resultados de conservación.

Al mirar hacia 2021, la única garantía es que traerá nuevos desafíos para nosotros y nuestras comunidades. La buena noticia es que los socios de toda la RHRAP /WHSRN se han fortalecido con nuevas herramientas y oportunidades, aumentando nuestra resiliencia. En 2021 la Oficina Ejecutiva de la RHRAP /WHSRN seguirá esforzándose por asegurar la inclusión en todas nuestras acciones de conservación, fortaleciendo el enfoque de la red. Porque cuando somos más fuertes, estamos mejor equipados para crear hábitats resilientes para las aves playeras.

Foto de portada: Bandada mixta de Calidris canutus rufa y Limosa haemastica en el sitio RHRAP/WHSRN Bahía Lomas. Foto: Diego Luna Quevedo.

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