Cabo Rojo está listo para recibirlos: un refugio para las aves y para la comunidad

“Los Puertorriqueños tienen una gran capacidad de recuperación a la tragedia”, dice Ana Román. “Especialmente en un huracán, porque es algo que esperamos cada año… Es como si estuviéramos en una “bolera”, anticipando cuál nos va a golpear.”

Ana Román es la Sub-Administradora del Sistema de Refugios de Vida Silvestre del Caribe y la Administradora Interina del Refugio de Vida Silvestre de Cabo Rojo en Boquerón, Puerto Rico. “Habíamos tenido mucha suerte”, ella dijo, “hasta el año pasado”. Este Refugio en la esquina suroeste de Puerto Rico había sido relativamente afectado en las décadas recientes. El Huracán Georges azotó Cabo Rojo malamente en el 1998, y muchos huracanes, luego de eso, han traído marejadas y lluvias fuertes, pero nada como María.

“Las personas todavía confiaban que iba a desviarse en el último momento, y que iría a tocar a otro lado. Pero eso nunca pasó.”

El 20 de septiembre de 2017, el Huracán María barrió a través de Puerto Rico a 155 millas por hora, dejando la isla sin electricidad, agua limpia, o conexión a algún modo de comunicación.

Para Román y el equipo de Cabo Rojo, la prioridad era proveer asistencia inmediata a los compañeros trabajadores de la oficina y a sus familiares inmediatos, y también a la comunidad adyacente al refugio. Los bomberos del refugio  y otros empleados trabajaron arduamente para llevar agua potable y otros servicios que pudiesen para ayudar a las familias cercanas.

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Centro Interpretativo Las Salinas de Cabo Rojo. Foto: José G. Martínez.

Luego, “necesitábamos re-abrir el acceso al público, porque este es un servicio importante que proveemos,” explicó Román. Grandes árboles y ramas habían caído por donde quiera, tumbando postes de teléfono y cables, dispersando escombros y bloqueando el acceso a los senderos del refugio. El limitado personal de Cabo Rojo rápidamente se puso a trabajar en limpiar árboles caídos y reparar la infraestructura dañada.

Por suerte – para el lugar de los playeros, de todas maneras – María no se había llevado el “refugio” fuera de Cabo Rojo. Las Salinas de Cabo Rojo han sido una Reserva  para Aves Playeras de la Red Hemisférica del  desde el 2010, cuando se convirtió en la primera sitio RHRAP en el Caribe. El área fue designada como un “Lugar de Importancia Regional por albergar más del 5% de la población mundial de la subespecie tenuirostris del Chorlito Blanco (Charadrius nivosus), y el 2.5% de la población mundial del Chorlito Marítimo (Charadrius wilsonia). La RHRAP está localizada dentro del Refugio Nacional de Vida Silvestre de Cabo Rojo, y comprende 505 hectáreas de lagunas salinas, pantanos de manglar, y por supuesto, salinas-inseparablemente asociados a hábitats para playeros.

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Desde la izquierda a la derecha: Chorlito Blanco (Charadrius nivosus), Playerito Enano (Calidris minutilla) y Playerito Semipalmado (Calidris pusilla) en las Salinas de Cabo Rojo. Fotos: Elba G. Benabe Carlo, estudiante de posgrado en la Universidad de Puerto Rico a Mayagüez, y interna de “Student Conservation Association” en Cabo Rojo.

Los niveles de agua fueron ciertamente más altos que lo normal luego de María, pero la temporada había sido relativamente seca antes del azote del huracán. Las salinas dependen de las mareas y la escorrentía para llenarse, y por contener esa agua, estas lagunas pudieron haber jugado un papel importante en el amortiguamiento de una inundación severa en el refugio.

Pero la simbiosis de Cabo Rojo con la producción de sal va mucho más atrás que el Huracán María. La sal ha sido producida en este lugar por más de 500 años. Las salinas de Cabo Rojo fueron compradas a manos privadas con fondos del Programa de Reservas de Humedales del Servicio de Conservación de Recursos Naturales (NRCS, por sus siglas en inglés) en 1999, y añadidas al Refugio de Vida Silvestre de Cabo Rojo manejado por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre. En este momento  hubo un análisis de esta práctica para decidir si la producción de sal podría continuar. Debido a que es una empresa comercial, se necesitaría probar el beneficio a las especies y al hábitat para poder continuar operando dentro del Refugio. De seguro, se demostró que el hábitat principal era mantenido como producto de la producción de sal en el lugar. La compañía salinera, Empresas Padilla, Inc., se le otorga un permiso de uso especial por el beneficio que éstos proveen  a las aves playeras.

Las Empresas Padilla pagan para operar dentro del Refugio de Cabo Rojo, pero no es su renta lo que sostiene económicamente al Refugio. Aunque sus tarifas van al Servicio, éstos no regresan al Refugio de Cabo Rojo. Sin embargo, la compañía juega un papel clave en manejar los niveles de agua del lugar, asistiendo en mantener el “hotspot” de aves playeras.

El personal actual de Cabo Rojo está compuesto por solamente 5 trabajadores permanentes. Sin la colaboración de Empresas Padilla, el Refugio tendría que buscar trabajadores para operar las salinas.

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Las salinas de Cabo Rojo. Fotos: USFWS.

“Podemos inundar las salinas y luego dejarlas secar”, dice Ana, pero la operación de extracción de sal se lleva a cabo dentro del Refugio completamente, y el Refugio es el propietario  de sus estructuras de control de agua. “Pero no podemos remover la sal. No tenemos el equipo, el personal, y no podemos vender el product final.” La colaboración entre el Refugio de Cabo Rojo y la compañía privada de producción de sal asiste en mantener el hábitat y les permite enfocar la capacidad limitada de conectar la comunidad con la naturaleza.

El sábado, 13 de octubre, Cabo Rojo llevó a cabo una casa abierta para dar inicio a la Semana de los Refugios Nacionales de Vida Silvestre y para celebrar el Día Mundial de las Aves Migratorias. Muchos de sus colaboradores estuvieron allí para asistirlos con las festividades, incluyendo la Sociedad Ornitológica de Puerto Rico (SOPI). Mirando hacia el futuro, Ana dice,” pienso que necesitamos más ayuda para documentar lo que tenemos aquí. Si pudiéramos aumentar los sondeos, el anillaje de aves y las evaluaciones de las necesidades específicas de hábitat para las aves, pudiéramos mejorar el hábitat para nuestras poblaciones de éstas.” El personal del Refugio y la SOPI guiaron caminatas de observación de aves, y Ana tiene la esperanza de que programas de educativos y divulgación de información como éste puedan aumentar el interés para que más jóvenes caborrojeños participen en los esfuerzos de monitoreo en el lugar.

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Visitantes al segundo festival de las aves players del Refugio Nacional de Cabo Rojo. Fotos: Americorps VISTA Angel Padilla.

Para ayudar a alcanzar estos objetivos, el Proyecto de Hábitats para Aves Playeras de Manomet, BirdsCaribbean, SOPI y USFWS llevarán a cabo un taller colaborativo en el Refugio de Vida Silvestre de Cabo Rojo en febrero del 2019. El taller se enfocará en la ecología y necesidades de la conservación de las aves playeras, así como el monitoreo de aves acuáticas. Los participantes acudirán a Puerto Rico de a través del Caribe para compartir y aprender herramientas efectivas para el manejo, monitoreo y la conservación de aves playeras.

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Observadores de aves visitan a Cabo Rojo. Foto: Sociedad Ornitologica de Puerto Rico (SOPI).

Hoy, a más de un año desde que el Huracán María devastó a Puerto Rico, el Refugio de Vida Silvestre de Cabo Rojo está orgulloso de estar abierto al público. El equipo de trabajo continúa removiendo escombros, reemplazando letreros educativos y reparando verjas para proteger el hábitat de las aves. “Estamos tratando de tener nuestras actividades educativas nuevamente de vuelta y corriendo,” dice Ana, “para decir, estamos aquí, estamos listos para recibirlos, y esto es lo que hacemos por ustedes, las aves y el hábitat. Principalmente, nuestra misión es conservar el hábitat y las especies para otros,” ella dijo, “para la comunidad.”

Para más información sobre el Refugio Nacional de Vida Silvester de Cabo Rojo, por favor escriba a Ana Román, Sub-Administradora, ana_roman@fws.gov.