Bitácora de mi Viaje a las Sabanas de Paz de Ariporo y Trinidad en Colombia

Mi último viaje internacional había sido en febrero 2020, justo antes de que explotara la pandemia que generó un punto de inflexión en nuestras vidas. Justo dos años después, en febrero de 2022, empecé a preparar mi retorno a las pistas, lleno de incertidumbre por lo que implica viajar en esta nueva normalidad. El destino esta vez era el departamento de Casanare en los Llanos del Orinoco en Colombia, para colaborar con el proyecto “Conservación del Playero Canelo (Calidris subruficollis) durante su migración” ejecutado por nuestros socios de Asociación Calidris, gracias al apoyo del Neotropical Migratory Bird Conservation Act/ IMPACT Program.

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Izquierda: Un Playero Canelo en el sitio RHRAP / WHSRN Sabanas de Paz de Ariporo y Trinidad en Colombia. Derecha: Paisaje típico en la Orinoquía colombiana. Fotos: Diego Luna Quevedo

El 13 de marzo y después de poco más de 6 horas de vuelo desde Santiago de Chile, aterricé a las 12:55pm hora local en una Bogotá bajo fina llovizna. En la salida de vuelos internacionales, me esperaban mis colegas y amigos, los investigadores de Asociación Calidris, Yanira Cifuentes y Carlos Ruiz. Sin duda fue una sensación muy gratificante poder darles un abrazo, me parecía mentira volver a la “presencialidad”. A la mañana siguiente en el aeropuerto El Dorado, se sumaron al equipo de Calidris, Fernando Castillo (Director Ejecutivo) Jessica Suárez (Coordinadora de Comunicaciones) y Carlos Congolino  (Voluntario) para volar juntos durante 45 minutos rumbo a Yopal.

Ya en la ciudad capital del departamento de Casanare, iniciamos una intensa agenda. Lo primero, saldar la deuda pendiente del evento presencial de celebración de la designación de las Sabanas de Paz de Ariporo y Trinidad como sitio de Importancia Regional de la RHRAP / WHSRN, el número 107 de nuestra Red y el segundo en Colombia. Si bien nuestro Consejo Hemisférico votó unánimemente por aprobar está designación el 27 de febrero 2020, por albergar al menos 1.25% de la población del Playero Canelo la pandemia nos había impedido llevar a cabo el ritual de celebración y reconocimiento con la comunidad local.

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Se entregaron certificados de designación del sitio RHRAP / WHSRN a los propietarios y a las autoridades locales. Foto: Gobernación de Casanare

El evento se llevó a cabo durante la mañana del 15 de marzo en el Hotel Estelar de Yopal, con una gran participación de propietarios del área, autoridades y Organizaciones No Gubernamentales (ONGs). Entregamos los correspondientes certificados, nos sacamos las fotos de rigor, escuchamos valiosos testimonios locales y las diversas instituciones presentes firmaron una carta de compromiso para conservar y resguardar esta importante área.

La segunda actividad en Yopal fue una reunión con el equipo completo de profesionales de la Dirección de Medio Ambiente de la Gobernación de Casanare, liderado por la Ingeniera Karina Peña. Sostuvimos un intercambio sobre desafíos y experiencias en el manejo de Áreas Protegidas y en particular del sitio RHRAP/WHSRN, acordando diversos temas de colaboración.

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Positiva reunión con Gobernador de Casanare y Alcaldesas de Paz de Ariporo y Pore. Foto: Jessica Suárez Valbuena.

Continuando con  la agenda, llevamos a cabo un valioso conversatorio titulado “Buena gobernanza para manejo de áreas de conservación” donde participaron ONGs e instituciones aliadas de Asociación Calidris, que actualmente desarrollan proyectos en Los Llanos. Se presentó un marco conceptual y contextual de gobernanza y se discutieron tres temas: 1) Estrategias para aumentar incidencia en conservación,  2) Factores limitantes y/o oportunidades para avanzar en procesos de buena gobernanza  local y 3) Tipos de acuerdos y alianzas requeridas para aumentar el impacto del trabajo que realizan las ONGs en el área.

Nos trasladamos después a la ciudad de Paz de Ariporo, para una reunión con el Gobernador de Casanare, Salomón Sanabria, la Alcadesa Eunice Escobar Bernal y la Alcaldesa de Pore, Cristina Guarnizo. Además de valorar este fructífero encuentro y el compromiso con la conservación expresado por las autoridades, no puedo dejar de agradecer el suculento desayuno casanareño que nos ofrecieron; caldo de costilla (mute), marrano asado, tungos de maíz y el infaltable tinto (café colado al estilo colombiano). Posteriormente, tuvimos una productiva reunión con un equipo profesionales del Municipio de Paz de Ariporo  para identificar temas de interés común y avanzar en el trabajo colaborativo en el sitio RHRAP y otras áreas de importancia en el municipio. Una jarra de guarapo bien frío para la sed, selló una productiva y calurosa mañana.

Habiendo cumplido con las diversas actividades planeadas para las ciudades de Yopal y Paz de Ariporo, iniciamos viaje rumbo a la sabana profunda, adentrándonos en la región conocida como Los Llanos u Orinoquía colombiana. Después de más de 8 horas de un complejo camino y gracias a Don Omar -nuestro conductor y guía local de gran pericia en los vericuetos de la difícil sabana- llegamos hasta nuestra base de operaciones, la Reserva Natural Buenaventura, propiedad de Víctor Ramón Salazar y Lucy Amparo Duarte, una de las 12 Reservas Naturales de la Sociedad Civil que conforman el AICA (IBA por sus siglas en inglés) Reservas de la Vereda Altagracia y a su vez hacen parte del sitio RHRAP / WHSRN.

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Las sabanas de Paz de Ariporo y Trinidad albergan una gran variedad de fauna. Fotos: Diego Luna Quevedo

Iniciando nuestra agenda en Los Llanos, el 18 de marzo dedicamos el día entero a visitar a algunas de las familias y reservas que componen las 61.657 hectáreas del sitio RHRAP / WHSRN, donde conviven aves playeras y ganadería tradicional. Recorrimos las fincas Palmeras, San Cristóbal y San Andrés. La bebida oficial de la jornada fue la limonada con panela. Esto, como preámbulo a lo que fueron las jornadas de trabajo denominadas Cabresteando para conservar a las aves migratorias en el sitio RHRAP”. Según la cultura llanera, el cabrestero solía ser el hombre que antaño guiaba el rebaño y le cantaba para tranquilizarlo luego de las extenuantes jornadas de arreo.

Durante dos días consecutivos e intensos, compartimos los sentires de la comunidad y sus expresiones culturales, nos alimentamos de conocimiento (y de varias sabrosas comidas típicas), construimos las bases de un esquema de manejo comunitario como forma de gobernanza local, nos organizamos y fortalecimos, soñamos, nos comprometimos y celebramos.

En paralelo, un equipo de Asociación Calidris trabajaba arduamente en terreno y bajo un intenso calor, para aumentar a través de conteos el conocimiento sobre aquellos hábitats usados por el Playero Canelo. Al menos unos 600 individuos fueron registrados en el hato El Boral.

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Durante talleres y reuniones se construyendo bases para buena gobernanza en el sitio RHRAP / WHSRN. Foto Izquierda: Diego Luna Quevedo. Foto Derecha: Jessica Suárez Valbuena.

Ya en el viaje de regreso, atravesando esa sabana inconmensurable, hicimos una parada para celebrar el cumpleaños Nº 55 de Don Carlos Hernández, reconocido cantautor local y propietario de la finca El Rubí, la cual junto al predio Chaviripa conforma el AICA (IBA) Chaviripa-El Rubí, que hace parte del sitio RHRAP/WHSRN. Allí, nos maravillamos con la “pristinidad” de la laguna “La Cristalina” y con el manjar de la ternera asada al chuzo. La ruta de regreso continuó con la explosión de unos de los neumáticos de nuestro vehículo, rescate en el camino, una reunión con el Consejo Municipal de Trinidad  y una entrevista mañanera en  Violeta Stereo FM, una de las radios más escuchadas de Casanare.

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Encuentro cercano con una Anaconda (Eunectes murinus). Foto: Diego Luna Quevedo

Después de 10 intensos días en Colombia, y ya en el avión de regreso a Santiago, recordé el encuentro cara a cara que tuve con una Anaconda en la Reserva Buenaventura, el contundente Caldo de Piraña que me tomé a las 5:30am en lo que fue mi último desayuno en Los Llanos, y las coplas que muy cariñosamente me dedicó la gente de la comunidad. Pensé además en el hecho de que el Playero Canelo cuente con hábitats saludables en las Sabanas de Paz de Ariporo y Trinidad durante su migración hacia el norte, no es una mera casualidad. Es producto de dos o tres generaciones de delicado equilibrio entre familias locales, actividad ganadera, sabana inundable y una deslumbrante biodiversidad. El desafío que tenemos por delante es resguardar y sostener ese legado de conservación para las actuales y futuras generaciones de las comunidades  llaneras, para que el Playero Canelo pueda seguir cumpliendo su ciclo de vida en la Ruta Mid-continental de las Américas.

Foto Portada: Laguna La Cristalina (Chaviripa-El Rubí). Foto: Diego Luna Quevedo