Este artículo fue primero publicado en el boletín de noticias de Manomet
Las aves playeras migratorias de larga distancia conectan el Ártico hasta Tierra del Fuego, Argentina en la ruta migratoria del Pacífico y la costa este de Estados Unidos hasta la costa Pacífica de América Central y América del Sur. En todas esas rutas las aves playeras se enfrentan a diferentes amenazas que requieren esfuerzos coordinados por diferentes actores en el hemisferio, esfuerzos que conecten el desarrollo sostenible y la conservación.
Se estima que a nivel global 45% de las aves playeras que se reproducen en el Ártico están declinando, una de las causas principales parece ser la pérdida y alteración de los humedales costeros. En América Central el reciente desarrollo de la industria camaronera ha alterado severamente los humedales costeros.
En los últimos veinte años la industria de la camaronicultura se ha establecido y fortalecido en América Central. Sólo en el Golfo de Fonseca (Honduras, El Salvador y Nicaragua) la industria cubre 50.144 hectáreas y los amplios salitrales naturales que eran los reservorios de cría de camarón natural, han sido sustituidos por estanques de camarones que ofrecen una producción controlada. Hasta el 31 de marzo de 2020, 8.802 toneladas métricas de camarón correspondiente a más de 60 millones de dólares fueron exportados desde esta región al Reino Unido, Taiwán, Estados Unidos, México y otros países.
¿Pero cómo se conectan las camaroneras con las aves playeras?
Las zonas costeras son dinámicas y cambiantes. En este ambiente cambiante, las aves tienen diferentes requerimientos, incluyendo sitios de alimentación durante la marea baja (generalmente planos lodosos intermareales) y sitios de descanso en marea alta. Cuando sube la marea las aves se refugian y descansan en las orillas y muros de los estanques de camarón de las camaroneras. Los estanques recién cosechados también ofrecen una oportunidad efímera de alimentación.
Estudios recientes llevados a cabo en las fincas camaroneras demuestran que albergan una importante población biogeográfica de especies de aves playeras como el Chorlitejo Picudo (Charadrius wilsonia), Zarapito Trinador (Numenius phaeopus), Agüjeta Común (Limnodromus griseus), Playero Aliblanco (Tringa semipalmata) y Ostrero Americano (Haematopus palliatus). Durante la migración entre agosto y septiembre se han observado miles de aves descansando en los muros de las camaroneras después de alimentarse en los planos lodosos.
Aves playeras en diques en camaronera en Nicaragua. Foto: Orlando Jarquín.
Avistamientos recientes de aves playeras ayudan a ilustrar esta conexión. En septiembre 2020, un individuo de Playero Rojizo (Calidris canutus) fue registrado en la finca camaronera Acuícola Real en Nicaragua. La etiqueta verde del ave y el código 029 indicaban que había sido anillada en 2009 en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Monomoy de Massachusetts. Este individuo también había sido observado en 2014 en Little Piskwamish, Ontario Canadá y en 2018 en Mispillion Harbor en Delaware. En septiembre, aves cómo este Playero Rojizo pasan por el Golfo de Fonseca en su migración hacia el sur. Sitios de parada en el centro de América Central son vitales para la sobrevivencia de las aves durante la migración y su éxito reproductivo una vez llegan a las zonas de reproducción.
En otro estanque de esta camaronera en el mismo día, fue observado un Ostrero Americano marcado con una bandera verde C5J, anillado en 2018 en Phillips Island, Carolina del Norte. Hasta la fecha, los biólogos de aves playeras han re-observado 28 individuos anillados de Ostreros Americanos descansando en los muros de las camaroneras durante la marea alta. Entre ellos se encuentra un individuo marcado como Rojo F3 que fue anillado en 2005 en Altamaha Sound, en Georgia. Pero también se han registrado aves llegando de Florida, Nueva York y muchos otros lugares a lo largo de la costa este de Estados Unidos.
Estos ejemplos demuestran la importancia que tiene la construcción de una coalición por las aves playeras, que genere acciones coordinadas en los diferentes sitios usados por las mismas aves playeras durante sus etapas reproductiva, de migración y no reproductiva (donde permanecen más tiempo).
La Oficina Ejecutiva de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (WHSRN por sus siglas en inglés) y el grupo SEAJOY en Honduras y Nicaragua han firmado un Memorándum de Entendimiento para unir esfuerzos para la identificación e implementación de buenas pácticas acuícolas para la conservación de aves playeras. SEAJOY es una empresa perteneciente al grupo Cooke Inc., que maneja un sistema de producción integrado verticalmente y con certificaciones de la Unión Europea, Consejo de Administración de la Acuicultura – ASC por sus siglas en inglés (Farmed responsible ASC certified), Best Aquaculture Certified, Natureland, Sedex y BRCS food Safety Certificated.
Izquierda: Ostrero Americano anillado en la costa este de Estados Unidos y avistado de nuevo en Nicaragua. Foto: Salvadora Morales. Derecha: El Director General de SEAJOY, el equipo de Buenas Prácticas de Acuicultura, y Salvadora Morales, Especialista en Conservación de WHSRN en un evento de divulgación.
Hasta la fecha se han identificado entre otras las siguientes buenas prácticas que podrían beneficiar directamente a las aves playeras:
- Manejo de muros y orillas para mantenerlos libre de vegetación en los sitios de mayor concentración de aves playeras.
- Instalación de rótulos que regulen la velocidad y niveles de ruido para disminuir la perturbación a las aves, sobre todo durante el descanso y la migración.
- Capacitar al personal de las camaroneras en identificación y ecología de aves playeras, así como en la implementación de buenas prácticas
- Documentar y monitorear aves playeras en las fincas camaroneras.
La implementación de buenas prácticas podría significar un valor agregado al producto. Ofrece también la oportunidad ideal de consumir camarón producido teniendo en cuenta los objetivos de desarrollo sostenible. Por último, ayudar a un grupo de especies de aves playeras a hacer frente a las múltiples amenazas a las que se enfrentan. Vivimos en un mundo interconectado, donde nuestros hábitos de consumo, producción y responsabilidades ciudadanas están más conectados que nunca con nuestro futuro, el de miles de aves playeras y la vida silvestre en general. En el momento de la compra, el mercado y el consumidor tienen el poder de promover productos justos y sostenibles. Camarón producido local, social y ambientalmente sostenible ofrece la oportunidad ideal para que consumidores a nivel mundial apoyen la conservación de las aves playeras.
Esta labor es posible gracias al generoso apoyo de BAND Foundation, Bobolink Foundation, David and Lucile Packard Foundation, la Ley de Conservación de Aves Migratorias Neotropicales (NMBCA por sus siglas en Inglés), el Programa Internacional del Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS – IP), Environment and Climate Change Canada y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS por sus siglas en inglés). Este trabajo se realiza en el marco de Coaliciones para la Conservación de Aves Playeras de Manomet, que une varios puntos geográficos y estrategias complementando acciones de conservación a nivel hemisférico.
Foto de Portada: Bandada mixta de aves playeras en la camaronera Farallones, Nicaragua. Foto: Salvadora Morales.