Cada año, millones de aves playeras recorren vastas distancias a lo largo de la Ruta Migratoria del Pacífico de las Américas. Desde la tundra ártica hasta los humedales del sur de América del Sur, estas especies dependen de una red de sitios costeros para descansar, alimentarse y reproducirse. Chile, con sus extensas playas, humedales y estuarios, cumple un rol crucial en este viaje, proporcionando hábitats esenciales para su supervivencia.
Uno de esos sitios clave es el sistema costero de Mataquito-Huenchullamí, ubicado entre las comunas de Licantén y Curepto, en la Región del Maule. Este lugar no solo destaca por su valor ecológico, sino también por su historia, su cultura local y la oportunidad que representa para integrar conservación con desarrollo sustentable. Recientemente, el sitio fue designado como “Sitio de Importancia Regional” dentro de la Red Hemisférica (RHRAP/WHSRN) y además cuenta con reconocimientos internacionales como Área Clave para la Biodiversidad (KBA), sitio clave en la Estrategia de Conservación de las Aves Playeras de la Ruta del Pacífico de las Américas, y Área Importante para las Aves y la Biodiversidad (IBA).

Donde el río se encuentra con el mar, vista aérea de la desembocadura del río Huenchullamí. Foto: Juan Silva
Mataquito-Huenchullamí: un refugio vital
El área comprende más de 900 hectáreas de humedales, playas, dunas y lagunas costeras. Su diversidad de hábitats lo convierte en un sitio de reproducción e invernada para la subespecie pitanay del Pilpilén Común (Haematopus palliatus pitanay), albergando al menos el 6% de su población biogeográfica. También se ha registrado la presencia de al menos 1.500 individuos de Zarapito Común (Numenius phaeopus), una especie migratoria de larga distancia.
A pesar de su riqueza natural, el área aún no ha sido reconocida en términos de protección oficial. Esto está cambiando gracias al esfuerzo conjunto de comunidades locales, organizaciones de conservación y autoridades chilenas.
Conservación con identidad local
Desde hace más de 100 años, las comunidades locales practican la pesca artesanal en esta zona, transmitiendo conocimientos y técnicas tradicionales de generación en generación. Hoy, esta actividad coexiste con la acuicultura a pequeña escala y el creciente interés por conservar los recursos naturales de manera sustentable.
En los últimos dos años, Manomet Conservation Sciences, a través de su Programa Rutas Migratorias (Flyways en inglés), ha impulsado un proceso de conservación colaborativa junto al Ministerio del Medio Ambiente de Chile, la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC) y los municipios de Licantén y Curepto.
Reconocimiento internacional: un paso hacia la protección oficial
En mayo de 2024, Mataquito-Huenchullamí fue reconocido como “Sitio de Importancia Regional” por la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP/WHSRN), convirtiéndose en el décimo sitio de este tipo en Chile. Esta designación otorgó visibilidad internacional al valor ecológico del lugar y permitió articular un proceso participativo con las comunidades locales.
Daniela de la Jara, Secretaria Regional Ministerial del Medio Ambiente del Maule, señala: “El hito de reconocimiento internacional al valor biológico del sitio nos permitió incentivar la conservación local, con la meta de lograr un área protegida que resguarde objetos de conservación de gran importancia para la comunidad”.


Izquierda: Ostrero americano (Haematopus palliatus). Foto: Juan Carlos Carreño Rojas. Derecha: Talleres en los municipios de Curepto y Licantén para facilitar el acceso a la información y la consulta a la comunidad. Foto: ROC
Hacia un Área de Conservación de Uso Múltiple (ACMU)
Mediante trabajo articulado entre la ROC, Manomet y el Ministerio del Medio Ambiente se viene facilitando un proceso de acceso a información y consulta mediante talleres participativos con las comunidades de Licantén y Curepto para avanzar hacia la declaración oficial del sitio como un Área de Conservación de Uso Múltiple (ACMU), una nueva categoría de protección en Chile que busca asegurar el uso sustentable de los recursos naturales mediante un manejo integrado.
Diego Luna Quevedo, Especialista en Política y Gobernanza de Manomet Conservation Sciences, afirma: “Al conservar esta importante área para las aves playeras en la Ruta del Pacífico, también estamos protegiendo servicios ecosistémicos críticos para la resiliencia climática y el sustento de las comunidades. Se abren además oportunidades para pequeños emprendimientos de turismo de naturaleza y desarrollo local”.
Ciencia y compromiso ciudadano
Durante los últimos dos años, se han realizado censos estivales e invernales en 28 sectores del sitio, con el apoyo de 17 voluntarios que registraron cerca de 19.000 aves playeras de 12 especies, 7 de ellas migratorias. Además, se han implementado acciones concretas para proteger las áreas reproductivas del Pilpilén común, como cercos de exclusión, señalética y el acompañamiento de monitores en la playa.
Franco Villalobos, Coordinador del Programa Aves Acuáticas y Humedales de la ROC, advierte: “Esta especie está clasificada como ‘Casi amenazada’ en Chile y en algunas zonas su éxito reproductivo es casi nulo debido al tránsito de vehículos y perros sin supervisión”.
Un futuro protegido, compartido y sostenible
Durante los próximos meses, se espera ingresar formalmente la solicitud de ACMU con base en los acuerdos alcanzados con los grupos locales. El objetivo es resguardar de forma efectiva los cuerpos de agua, dunas, aves playeras, pesca artesanal y sitios con valor arqueológico e histórico, asegurando beneficios para las actuales y futuras generaciones.


Izquierda: Franco Villalobos y Diego Luna Quevedo durante las visitas a la comunidad. Foto: ROC. Bandada mixta en el sitio RHRAP Mataquito-Huenchullamí. Foto: Juan Carlos Carreño Rojas.
Para más información, póngase en contacto con Diego Luna Quevedo en diego.luna@manomet.org
Foto de Portada: Zarapitos en el sitio RHRAP Mataquito-Huenchullamí. Foto: Juan Carlos Carreño Rojas