Por Germán Leyva – Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo – CIAD. Sonora, México
De los grupos biológicos más afectados por la degradación de los humedales costeros se encuentran las aves playeras; al estar experimentando una pérdida de población constante y pronunciada. La zona costera ha sido impactada por actividades humanas, como la agricultura, la acuicultura, el turismo y el desarrollo urbano. Sin embargo; existen actividades productivas que ofrecen sitios alternativos, siendo una oportunidad ante hábitats naturales perturbados. Las salineras industriales son importantes para las aves playeras durante el abastecimiento de energía, pudiendo haber eventos en que la densidad de individuos es mayor a la de humedales naturales.
La salina de Lobos (>1.000 hectáreas) en el sur de Sonora, México, es una zona de gran importancia para las aves playeras por su conectividad con el sitio Bahía de Lobos, designado como Sitio de Importancia Regional dentro de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP/ WHSRN por sus siglas en inglés) desde octubre de 2018. En la salina, los estanques de evaporación producen abundantes invertebrados como el camarón de salmuera (Artemia spp.) y la mosca de la sal (Ephydra spp.) que sirven de alimento para las aves playeras. Al mismo tiempo, las grandes extensiones de agua facilitan el vuelo y la evasión de depredadores, mientras que los estanques poco profundos crean un ambiente favorable para descansar y algunas especies también usan los bordos, islas y llanos para anidar.
Izquierda: Maquinaria trabajando en la cosecha de sal. Derecha: Panorámica de Salina de Lobos. Foto: Germán Leyva-García.
En 2020 y gracias al apoyo del Sonoran Joint Venture (SJV) desarrollamos el proyecto “Impulsando acciones de conservación para aves acuáticas en el sur de Sonora”, para llevar a cabo la línea base y proponer acciones conjuntas de manejo del hábitat. El proyecto estuvo coordinado por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y tuvo diversos socios como la propia empresa, personas de la comunidad de Bahía de Lobos, el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL-UNAM) y el Instituto tecnológico del Valle del Yaqui (ITVY).
En la primera etapa del proyecto capacitamos al personal de la salinera y a dos estudiantes de biología del ITVY para el monitoreo de aves. Registramos un total de 55 especies durante la migración (octubre-enero), de las cuales 44% fueron aves playeras (23 especies). La especie de mayor abundancia fue el Playero Occidental (Calidris mauri), que, sumada a Playero Diminuto (C. minutilla), Playero Dorso Rojo (C. alpina), y Playero Blanco (C. alba) fueron más de 6.000 individuos. También registramos 70 individuos de Chorlo Nevado (Charadrius nivosus), especie amenazada en México. Otras especies importantes fueron Falaropo Cuello Rojo (Phalaropus lobatus) en otoño, y Falaropo Pico Largo (Phalaropus tricolor) en primavera, con hasta 250 y 800 individuos, respectivamente. Otros grupos importantes fueron los patos (Anatidae) y zambullidores (Podicipedidae).
Izquierda: Falaropos Cuello Rojo. Derecha: Parvada de Falaropos Pico Largo. Fotos: Germán Leyva-García.
También realizamos un seguimiento de las aves playeras que utilizan la salina durante la temporada reproductiva registrando cinco especies: 34 parejas de Chorlo Nevado, 34 parejas de Chorlo Pico Grueso (Charadrius wilsonia), 21 parejas de Monjita Americana (Himantopus mexicanus), 3 parejas de Ostrero Americano (Haematopus palliatus) y 8 parejas de Charrán Menor (Sternula antillarum). En las dos temporadas del monitoreo observamos algunas amenazas. En migración, por ejemplo, registramos la presencia de rapaces en los sitios de descanso y alimentación, teniendo al Halcón Peregrino (Falco peregrinus) como el principal depredador. En la temporada reproductiva las amenazas fueron la inundación por mareas altas extremas y lluvias tempranas, presencia de perros y tráfico de maquinaria pesada en algunas zonas.
Pollos de Monjita Americana. Foto: Germán Leyva-García.
En la segunda etapa del proyecto realizamos reuniones de trabajo entre los socios para determinar las acciones necesarias para la conservación de las especies de aves playeras registradas en la salina. Estas reuniones permitieron llegar a algunos acuerdos de manejo, entre los que se encuentran algunas actividades enfocadas en la protección de zonas de anidación cómo la construcción de un bordo de contención para proteger un área de anidación de 12.6 hectáreas sujeta a inundación, la creación de montículos de sustrato para aumentar la altura de la zona de anidación y la instalación de jaulas de exclusión para la protección de nidos ante depredadores. Además, se propuso la realización de material de educación ambiental y el uso de plataformas de eBird y Inaturalist, la planeación del primer festival de aves de Bahía de Lobos, así como la implementación de un programa de monitoreo de aves a largo plazo.
Trabajo de campo con personal de Salina de Lobos y estudiantes de ITVY. Foto: Germán Leyva-García.
El trabajo en Salina de Lobos representa la disposición de los diversos actores para la conservación de las aves playeras, y aves acuáticas en general. Esperamos que en el mediano y largo plazo se pueda apreciar el éxito de la implementación de estas actividades, y se pueda continuar el arduo proceso de conservación tanto en la Salina como del sitio RHRAP / WHSRN. La salina de Lobos se encuentra justo en el límite sur del polígono del sitio RHRAP/WHSRN Bahía de Lobos. El ampliar el polígono e incluirla dentro del sitio RHRAP/WHSRN sería importante en el esfuerzo de conservación dentro de la Red, así como un estímulo de la colaboración de la iniciativa privada para el mejoramiento del hábitat costero.
Foto de portada: Panorámica de un estanque de evaporación y la presencia de aves acuáticas. Foto: Germán Leyva-García.