Fortaleciendo la Red para la Preservación de los Lagos Salados

Por: Marcela Castellino y Marina Castellino

Las aves playeras migratorias no conocen de fronteras, ni de idiomas, ni de economía o política. Ellas simplemente conocen de humedales, de agua y de invertebrados, conocen de lugares que les proveen los recursos que necesitan en los diferentes momentos del año. Lugares que son su hogar a lo largo del complejo ciclo de vida que las lleva a viajar periódicamente cubriendo distancias que resultan incomprensibles para la mayoría de los seres vivos que habitan el planeta.

El Lago Mono y el Gran Lago Salado son dos de esos hogares; son los más importantes para el Falaropo Común (Phalaropus tricolor) entre su temporada reproductiva y el inicio de su migración al sur. Es en estos dos lagos en los cuales un altísimo porcentaje de la población global de la especie se congrega y permanece algunas semanas del año. Aquí los falaropos se cuentan de a miles o cientos de miles, y comen sin parar artemias y moscas de la sal mientras cambian sus colores reproductivos por el traje más discreto que vestirán durante el verano austral. El destino final de la gran mayoría de estos falaropos será la Laguna Mar Chiquita, que les dará la bienvenida con los primeros calores de la primavera austral.

Pero a pesar de su belleza, su increíble capacidad de migrar miles de kilómetros y sus números relativamente abundantes, los falaropos están en riesgo. Los lagos salados de los cuales dependen hoy están en serio riesgo de conservación. No hay otro tipo de ambiente que ofrezca a los falaropos los recursos que ellos necesitan. Y esto nos lleva a una simple pero dura conclusión: sin lagos salados ecológicamente saludables, nos quedaremos sin falaropos.

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Izquierda: Individuo no reproductores de Falaropo Común. Foto: Hugo Giraudo. Derecha: Mural realizado por el artista cordobés Franco “Vato” Cervato en la localidad de Miramar de Ansenuza de la Provincia de Córdoba en Argentina, dedicado al Falaropo Común y a los lagos hermanados hace 30 años en el marco de la RHRAP/WHSRN. Foto: Fundación Líderes de Ansenuza.

Este llamado de atención a la situación de conservación de los lagos salados, y por lo tanto a la vulnerabilidad de los falaropos, ha despertado el interés de numerosas personas y organizaciones que desde hace algunos años enfocan su trabajo en su conservación, principalmente en estos tres lagos salados. Durante los últimos cuatro años, se ha trabajado fuertemente en el restablecimiento de los vínculos ya existentes entre socios de los tres lagos salados, y en la generación de nuevos vínculos, entendiendo que la escala de la problemática requiere de la colaboración de todos los involucrados aun cuando nos encontremos tan lejos geográficamente.

Hoy se comienzan a ver resultados de este trabajo constante y sostenido de vinculación entre los lagos hermanos, que apoya y potencia el trabajo de los actores locales en cada sitio tejiendo a su vez una delicada trama que conecta y sostiene, que amplifica y expande el impacto de estas acciones a nivel hemisférico.

El 18 de junio 2023 se realizó, como parte del ya establecido y exitoso Mono Basin Bird Chautauqua, el primer Mono Basin Phalarope Festival. Pero volvamos unos meses atrás para entender de dónde surgió la inspiración para dicha celebración.

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Los visitantes participaron de diferentes salidas de campo durante las cuales conocieron el sitio y aprendieron sobre su ecología y conservación de la mano de socios locales. Foto: Marcela Castellino.

En diciembre de 2022 se realizó un evento internacional en la Laguna Mar Chiquita, Córdoba (Argentina). El motivo de esta reunión fue la celebración de los 30 años transcurridos desde el hermanamiento del Lago Mono, el Gran Lago Salado y la Laguna Mar Chiquita, tres lagos salados fundamentales para la supervivencia del Falaropo Común. El eje principal de la reunión fue el fortalecimiento de los lazos entre personas trabajando en cada sitio a través de la identificación de oportunidades de apoyo, de capacitaciones, aprendizaje a partir de historias y experiencias, y de la colaboración concreta en proyectos que apoyen la conservación de estos maravillosos humedales.

El broche de oro de este evento fue la inauguración de un mural realizado por el artista cordobés Franco “Vato” Cervato, quien luego emprendería un viaje para pintar falaropos en Lee Vining (California) y Farmington (Utah).

El evento terminó con el compromiso de mantener estos lazos activos, y con la esperanza de retribuir la visita a quienes tuvieron la oportunidad de conocer Mar Chiquita.

Esa oportunidad llegó de la mano de la celebración de la vigésima edición del Mono Basin Bird Chautauqua en junio de 2023, realizada en Lee Vining, una pequeña población a orillas del Lago Mono. Una comitiva de visitantes de Argentina formada por personal del recientemente creado Parque Nacional Ansenuza, personal de Aves Argentinas, de Fundación Líderes de Ansenuza y de Manomet tuvieron la oportunidad de visitar el Lago Mono. A este grupo se sumaron también socios del Gran Lago Salado (Sagelland Collaborative y Audubon National Society), completando así la presencia de representantes de los tres lagos salados hermanados.

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Izquierda: Firma de la ratificación del hermanamiento entre los sitios, renovando el compromiso de trabajar juntos por su conservación. Derecha: Grupo de representantes de los tres lagos salados hermanos que participaron de las celebraciones en Lago Mono. Fotos: Ryan Carle.

Además de participar de las diferentes salidas de campo ofrecidas durante el Mono Basin Bird Chautauqua, el grupo de visitantes tuvo la oportunidad de conocer de la mano del equipo del Mono Lake Committee, de Oikonos Ecosystem Knowledge, de California State Parks y del Servicio Forestal de los Estados Unidos, detalles sobre la ecología del sitio, los desafíos y aprendizajes, sobre el manejo de áreas protegidas dentro de las que se encuentra este lago salado, Conocer también sobre el programa educativo que se lleva adelante desde hace muchos años en el sitio y también sobre las investigaciones y monitoreos que se están realizando en el sitio, con foco en el Falaropo Común.

En el marco de estas actividades, el 18 de junio fue el día dedicado a la celebración de los falaropos, en especial del Falaropo Común. Esta pequeña ave migratoria cabe en la palma de una mano, pero puede atravesar el hemisferio completo en unos pocos días con sus increíbles migraciones, recordándonos la magia de la naturaleza, pero también su increíble fragilidad y nuestra responsabilidad de proteger para ellos los lagos salados a lo largo de su recorrido.

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Decenas de personas participaron del festival realizado en Lee Vining para celebrar a los falaropos y a los lagos salados. Foto: Ryan Carle.

Dentro de las actividades del festival que se llevó adelante en el Hess Park de la localidad de Lee Vining, la música y el arte se hicieron presentes en una jornada de sol que permitió la concurrencia de un gran número de personas. Un concurso de disfraces de falaropos, un concurso de imitación de cantos de aves, música en vivo y la presencia de stands de organizaciones y artistas locales formaron parte de la celebración e invitaron a la comunidad a conocer más sobre las vinculaciones internacionales y los falaropos y sus hazañas migratorias.

Entre lo más destacado de la jornada, se inauguraron tres murales dedicados al Falaropo Común ubicados en diferentes paredes de la localidad de Lee Vining, y la firma por todos los presentes en la celebración de la ratificación del hermanamiento de los tres lagos salados, esta vez en el Lago Mono. Estos murales fueron realizados por el mismo artista cordobés, Vato, que pintó el mural en Mar Chiquita en diciembre 2022.

Durante el tiempo compartido también se llevaron adelante reuniones de trabajo y se identificaron necesidades y futuras acciones, muchas de las cuales ya comienzan a concretarse. La posibilidad de compartir tiempo juntos y estrechar lazos es sin duda una poderosa fuente de inspiración, renueva energías y alimenta el compromiso entusiasta de quienes trabajan en conservación. Estos lazos seguirán creciendo y fortaleciéndose, por el bien de los falaropos, la biodiversidad, las comunidades y por supuesto, los lagos salados.

Foto de portada: Falaropos en el lago Mono. Foto: David Carle