El programa “Conectando los Puntos: Iniciativa Internacional para la Conservación de las Aves Playeras” fue puesto en marcha en 2005 por el Dr. David Mizrahi, Vicepresidente de Investigación y Monitoreo de New Jersey Audubon (NJA). El objetivo de este programa es abordar la importancia de la conectividad ecológica entre hábitats críticos para la conservación de las aves playeras migratorias en el hemisferio occidental y las comunidades humanas que dependen de ellos. Este año, cinco mujeres dedicadas a la conservación de aves playeras fueron participes de esta experiencia.
La campaña de monitoreo en la Bahía de Delaware, Estados Unidos se implementó del 3 mayo al 3 junio 2024, enfocándose en dos especies, el Playerito Semipalmeado (Calidris pusilla) y la Becasa Pico Corto (Limnodromus griseus). Como resultado se procesaron un poco más de 2.380 individuos, todo un récord para el equipo liderado por el Dr. Mizrahi.
La iniciativa no sólo trabaja en la Bahía de Delaware, sino también, desde 2008, en Brasil, Surinam y la Guayana Francesa; y apoya el desarrollo de capacidades del equipo del Golfo de Fonseca, en América Central. Hasta la fecha, han participado 48 voluntarios de 14 países, capacitándose mediante su involucramiento en las campañas de anillamiento. Entre ellos, Tamiris Lima de Brasil, Tifany Amatali de Surinam, Priscila Pellissier Pérez de Perú y Eliana Montenegro de Ecuador quienes participaron de la edición 2024. Cada una lleva adelante distintos proyectos, pero todas tienen un punto en común: el Playerito Semipalmeado.
Izquierda: Un Playerito Semipalmeado marcardo con bandera en Brasil que llegó a Delaware 3 meses después. Derecha: Priscila, Tifany y Tamiris; Tifany haciendo una demostración de toma de muestras de sangre. Fotos de Salvadora Morales
Engordar para viajar
A finales de abril los Playeritos Semipalmeados (Calidris pusilla) que se encuentran en Brasil, Perú, Ecuador, Surinam y Nicaragua se preparan para migrar al Ártico. Se alimentan frenéticamente para almacenar grasa en su abdomen, parte ventral y costados de su cuerpo, llegando a aumentar el doble su peso corporal. Las playeras saben cuándo es el momento exacto para alzar vuelo; viajarán día y noche, recorrerán miles de kilómetros y enfrentarán cientos de desafíos hasta llegar a su siguiente sitio de parada en la costa Este de los Estados Unidos, el sitio RHRAP/WHSRN Bahía de Delaware. Aquí, las aves se reabastecerán y descansarán hasta volver a alzar el vuelo hasta llegar a su sitio de anidación en el Ártico.
Durante los primeros días en la Bahía de Delaware, la actividad de las aves playeras se trata 100% de alimentarse, engordar y descansar. Mientras tanto, los participantes preparan los equipos y reciben entrenamiento sobre la instalación de redes de captura Wooshnet. El uso de banderas es una técnica de estudio de aves playeras donde se añade una etiqueta pequeña de plástico o metal en las patas de las aves, con un código numerado individualmente. Este código permite a los observadores e investigadores reconocerlas individualmente durante sus paradas migratorias.
Izquierda: Equipo aprendiendo sobre la instalación de jaulas de retención. Derecha: Priscila y Tamiris aprendiendo a sujetar aves para marcarlas con banderas. Fotos: Salvadora Morales
David Mizrahi, lleva 20 años aprendiendo y mejorando sus técnicas. Lee el paisaje, la marea, los Cangrejos Herradura y el movimiento de las aves playeras, y entonces decide cuándo, dónde y en qué dirección poner las redes de captura. La campaña de anillamiento del 2024 fue considerada todo un éxito; el día con menos cantidad de capturas fue de un poco más de 60 individuos, un número bastante interesante.
Las jornadas inician bien temprano en la madrugada con frío, viento y llovizna. En el grupo se escuchaba una variedad de idiomas: español, portugués, holandés y el que une a todo el equipo, el inglés. Escuchar las instrucciones y pasar a la acción a veces se volvía lento, ya que uno tiene que escuchar, traducir y accionar. Se debe actuar rápido, el tiempo es crucial para la seguridad de las aves y los resultados.
Cada día en Delaware es un laboratorio de aprendizaje. Gradualmente, cada una de las participantes fue aprendiendo a través de los diferentes roles que se asignan, como instalar redes, extraer aves, anotar datos, poner banderas, tomar muestras de sangre, de plumas, instalar dispositivos de rastreo (lifetags) en algunas de las aves capturadas y luego ir al laboratorio para separar el plasma de la sangre. La metodología de enseñanza de David y Lena Usyk, es inmersiva; la experiencia es intensa y de aprendizaje es constante cada día del campamento.
La estructura de la iniciativa permite aprender, practicar y al mismo tiempo ayudar a entrenar a las otras personas del equipo en distintos aspectos del trabajo de campo. Priscila Pellissier, miembro del Centro de Ornitología y Biodiversidad (CORBIDI), comentó que esta metodología no solo reforzó su aprendizaje, sino que también fomentó un ambiente de colaboración y apoyo mutuo. Priscila menciona “Recuerdo especialmente a una compañera de Surinam a quien enseñé cómo sostener a las aves y pasarlas de mano en mano. Luego fue ella quien me enseñó a tomar muestras de sangre. Con el tiempo, su confianza creció tanto que se convirtió en una de las especialistas en la toma de muestras de sangre. Este intercambio de roles y responsabilidades – bajo la supervisión del Dr. Mizrahi y Lena Usyk – empodera y consolida nuestras habilidades”.
El Equipo 2024 de “Conectando Puntos”
Salvadora, Tamaris y Tifany. Foto: Salvadora Morales
Para Tamiris, técnica de monitoreo del Proyecto de Aves Migratorias (PAM) de la ONG Aquasis de Brasil, el intercambio en la Bahía de Delaware fue un punto de inflexión en su vida. “Volví a Brasil y al proyecto en el que trabajo con nuevos ojos y ahora con más experiencia. Pero aún queda, y siempre queda, mucho por aprender. Este viaje no solo superó mis expectativas, sino que me transformó como profesional. Llegué con miedos, pero gracias al apoyo y la experiencia compartida por todos, volví con una nueva perspectiva y confianza, con la sensación de haber superado los retos”.
Tras cuatro semanas y cientos de horas de duro trabajo, se procesaron más de 2.000 aves. Todas las participantes coincidieron en que fue una fantástica experiencia para compartir y aprender; que lo más difícil fue el cansancio extremo por los días maratónicos. Lo cierto es que la Bahía de Delaware y sus aves playeras son una experiencia épica.
El monitoreo de aves a largo plazo es crucial para el manejo y la toma de decisiones informadas. Sin embargo, tener la oportunidad de recibir entrenamiento especializado para luego aplicarlo en el Neotrópico, tiene un valor incalculable. El entrenamiento de estas cinco mujeres en la Bahía de Delaware fue posible gracias al apoyo de Manomet Conservation Sciences, Audubon New Jersey, Aquasis, y Environment for the Americas.
Si tiene interés en conocer más sobre la iniciativa “Conectando Puntos” puede contactarse con David Mizrahi david.mizrahi@njaudubon.org
Foto de Portada: Playerito Semipalmeado por Salvadora Morales