La sustentabilidad de los territorios es en gran medida determinada por cómo se integran naturaleza y desarrollo. Resguardar las zonas costeras como amortiguadores de los efectos del cambio climático, es vital para incrementar la resiliencia de las comunidades y de la biodiversidad que albergan.
En los planos intermareales, playas arenosas y costas rocosas conviven poblaciones humanas, infraestructura y aves playeras, muchas de ellas migratorias de larga distancia, que viajan cada año de ida y regreso desde sus zonas de reproducción en la tundra Ártica, hasta sus áreas no reproductivas en el sur de América del Sur.
En su búsqueda de alimento y zonas de nidificación las aves playeras se encuentran frente al desarrollo de complejos de departamentos y condominios en la zona litoral, en un proceso que ha ido transformando la geografía costera y los hábitats de las aves playeras. Algo similar ocurre en sus sitios de parada, donde se congregan en grandes cantidades para descansar, recuperarse y continuar en sus extenuantes viajes por las rutas migratorias del Atlántico y el Pacífico de las Américas.
Es un hecho que el desarrollo inmobiliario en las costas de las Américas ha implicado una pérdida significativa de espacios naturales y públicos. A pesar de esto, en algunos casos, ese mismo desarrollo contribuye a generar mejores condiciones para las aves playeras.
Izquierda: Chorlo Nevado forrajeando en las dunas del sitio RHRAP/WHSRN Bahía de Todos Santos. Foto: Jonathan Vargas. Derecha: Señalización de zonas protegidas para la nidificación del Chorlo Nevado. Foto cortesía de Terra Peninsular.
En México, Bahía de Todos Santos (extremo noroeste del Estado de Baja California) representa un sitio crítico para la conservación de varias especies migratorias, entre las que destaca el Chorlo Nevado (Charadrius nivosus), cuya población en el área representa el 4% de la población del Pacífico. Esta especie se considera “Amenazada” tanto en México como en Estados Unidos, y “Casi Amenazada” a nivel global.
En este sitio de Importancia Regional de la RHRAP (WHSRN por sus siglas en inglés), el grupo inmobiliario Pacífica at Ensenada Bay, está marcando la diferencia con acciones para la protección de los nidos de Chorlo Nevado sobre una Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT) concesionada a título de la inmobiliaria. A través de acciones colaborativas realizadas con Terra Peninsular A.C, Pro Esteros A.C, Pronatura Noroeste A.C, y con el esfuerzo del becario del Programa de Soluciones Costeras, Jonathan Vargas, se han implementado acciones de vigilancia de la playa, instalación de cercos de protección temporal y anti depredación, control de perros ferales, cierre de accesos clandestinos a la playa, actividades educativas y ciencia ciudadana. Se han realizado además limpiezas comunitarias de las playas, investigación y monitoreo permanente de aves playeras y éxito reproductivo, así como la capacitación e involucramiento de estudiantes y personas de la comunidad.
Fruto de la implementación de estas acciones colaborativas entre Pacífica y las ONGs locales, se logra el resguardo de nueve hectáreas de playa críticas para la nidificación del Chorlo Nevado, donde se han protegido más de 90 nidos con más de 50 exitosos durante las temporadas reproductivas de 2019-2023.
Polluelo de Pilpilén Común. Foto: Patricio Ortíz.
Más al sur de América, en la Bahía de Coquimbo en Chile, a fines de mayo 2023 el grupo inmobiliario Serena Golf, la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile y REDAVES suscribieron un acuerdo para resguardar 45 hectares de propiedad de la inmobiliaria en la comuna de La Serena, con el fin de proteger la nidificación del Pilpilén Común (Haematopus palliatus) clasificado en Chile como “Casi Amenazado”. Allí, se ha puesto en marcha un esquema piloto de dos años de duración para el co-manejo e implementación de buenas prácticas en sectores de playa y dunas. La becaria del Programa de Soluciones Costeras, Sharon Montecino, ha jugado un papel preponderante en este proceso.
Se implementarán censos para estimar la población local de Pilpilén, se monitoreará la actividad reproductiva de la especie, se trabajará con voluntarios en la instalación de cercos temporales para resguardo de nidos en áreas críticas, se restringirá el acceso de mascotas, y se instalará señalética informativa, entre otras acciones. Además de la importancia del área para la nidificación del Pilpilén, el sector norte de la Bahía de Coquimbo es también un sitio de relevancia para otras aves playeras como el Playero Blanco (Calidris alba) y el Zarapito Común (Numenius phaeopus), que se congregan allí en grandes bandadas; también alberga parejas reproductivas del Chorlo Nevado (Ch. nivosus).
Pilpilén Común. Fotos: Diego Luna Quevedo
Avanzar en la solución de problemas complejos que afectan las zonas costeras en la actualidad requiere de soluciones colaborativas e innovadoras. Conservar las aves playeras y sus hábitats plantea el reto de articular nuevas alianzas que permitan construir valor compartido. Es por eso por lo que desde Manomet – a través de la Oficina Ejecutiva de la RHRAP/WHSRN- se han facilitado y acompañado esas articulaciones con el sector inmobiliario en México y Chile. Con la mirada puesta en generar nuevas formas de manejo colaborativo con el sector privado, y en todas aquellas oportunidades donde el manejo a escala de sitio pueda hacer la diferencia para asegurar que las aves playeras completen sus ciclos de vida anuales.
Foto de portada: Dos polluelos de Pilpilén Común. Foto: Patricio Ortiz