Conservando la Reserva Costa Atlántica de Tierra del Fuego, Argentina.

Por Tabaré Barreto – Ambiente Sur

En 1992 la Reserva Costa Atlántica de Tierra del Fuego fue designada como Sitio de Importancia Hemisférica de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP – WHSRN por su sigla en inglés), gracias al trabajo coordinado del gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego y el Municipio de la Ciudad de Río Grande, en Argentina. El sitio alberga altos números de Becasa de Mar (Limosa haemastica), Playerito Rabadilla Blanca (Calidris fuscicollis) y Chorlito Doble Collar (Charadrius falklandicus), además del Playero Rojizo (C. canutus rufa) y otras aves playeras migratorias que cada año llegan desde el ártico canadiense y otras provincias de Argentina.

La Reserva Costa Atlántica de Tierra del Fuego tiene unos 220 kilómetros de costa con amplias playas y acantilados, destacándose en toda esa extensión tres lugares de reconocida importancia para las aves playeras migratorias: Bahía San Sebastián, la ciudad de Río Grande y el Cabo Auricosta.

Extensión de la Reserva Costa Atlántica de Tierra del Fuego (color naranja) y tres zonas de mayor abundancia de aves playeras migratorias.

La Reserva Costa Atlántica de Tierra del Fuego es administrada por la Dirección General de Conservación y Biodiversidad, dependiente de la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Tierra del Fuego. El Municipio de Río Grande es también un socio estratégico de la reserva, ya que la ciudad está contigua a los límites del Área Natural Protegida y ocupa uno de los espacios con mayor abundancia de aves playeras. Además, uno de los logros recientes del proceso de conservación del sitio ha sido la creación de una Mesa Técnica Asesora que reúne a varias instituciones gubernamentales, educativas y civiles que se interesan por el manejo del área protegida y que brindan orientación para abordar las distintas problemáticas del sitio a través de buena gobernanza y manejo.

En los últimos 30 años la ciudad de Río Grande ha tenido una explosión demográfica bastante alta, aumentando desde unos 15.000 habitantes a unos 100.000. El crecimiento sostenido de la ciudad ha significado impactos para las aves playeras y sus habitats. Afectando principalmente sus sitios de descanso, invadidos por construcciones muy cercanas a la costa y por actividades recreativas de los vecinos que al pasear a sus perros o realizar caminatas de ejercicio, sin saberlo, perturban a las aves en sus momentos de alimentación o provocan el vuelo de las bandadas. Otra situación que ha llamado la atención de los involucrados en la conservación del sitio, ha sido la disminución de la población del Playero Rojizo experimentada a nivel local, que pasó de 5.000 aves en 1979 a tan solo 130 individuos en esta última temporada de censos.

Afortunadamente este panorama desalentador se ha compensado con las constantes acciones comprometidas de los socios y otras instituciones locales que colaboran en la conservación, realizando censos de aves, salidas de observación para escuelas, programas de participación comunitaria y un Festival de Aves que ya lleva 12 años.

Entre 2019 y 2020, gracias al trabajo conjunto con la RHRAP (WHSRN), se implementaron un monitoreo de disturbios a las aves playeras y una encuesta de percepción de los visitantes al sitio. Estos trabajos, realizados por la Asociación Ambiente Sur y la Fundación Estepa Viva, permitieron entender mejor los diferentes aspectos de las problemáticas que afectan a las aves durante su estadía en el verano austral en el sitio (octubre a marzo de cada año).

Se concluyó que el principal disturbio que afecta a las aves durante su momento de descanso son las personas que salen a caminar por la playa y que no cambian su recorrido al encontrar una bandada en reposo. Así, en las respuestas se evidencia que más de la mitad de las personas cree que las aves pueden volar e irse a un lugar más seguro si quieren y por lo tanto su presencia no las afecta. También se identificó la presencia de perros sueltos acompañados de sus dueños como otro factor de disturbio muy cercano en magnitud al primero. Luego, en menor intensidad, se encontró a los pescadores como causantes de algunas molestias y con un registro muy bajo la circulación de motos o cuatriciclos por la playa.

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Con base en los resultados de estas mediciones y las encuestas, en el último año se implementó la campaña “Compartamos la playa fueguina” (www.compartamoslaplayafueguina.com.ar). También se realizaron monitoreos de fauna bentónica en el área intermareal y sobre la población de aves playeras en la ciudad de Río Grande y zonas rurales.

Uno de los resultados más relevantes de las acciones de conservación llevadas desde 2019 es la creación de una nueva normativa para regular el uso de sitios críticos para aves en las playas de la zona urbana. La Secretaría de Ambiente de la Provincia de Tierra del Fuego, aprobó la Resolución Nº 119-21 por la cual se declaran como “sitios sensibles para las aves playeras migratorias” tres playas aledañas a la desembocadura del río Grande, que conforman aproximadamente 5 kilómetros lineales de costa. Esta normativa, busca restringir el acceso de personas y sus mascotas en sitios y momentos clave para el descanso y alimentación de las aves playeras

Esta resolución entrará en vigencia el 1 de octubre próximo. Uno de los desafíos será poder llegar a la comunidad de Río Grande con un mensaje claro que no confunda la protección de la biodiversidad con las restricciones a las libertades personales. Sino con un enfoque en  cómo nos relacionamos con la naturaleza y el “aprender a compartir”.

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Estas actividades hacen parte del proyecto “Conservando Aves Playeras en dos Sitios RHRAP de Argentina”, en el marco de la iniciativa Coaliciones para la Conservación de las Aves Playeras, fue posible gracias a BAND Foundation, Bobolink Foundation, y National Fish and Wildlife Foundation. Este proyecto cuenta con la participación de socios locales como la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Tierra del Fuego y el Municipio de Río Grande, y es coordinado por la Asociación Ambiente Sur con la participación de Fundación Estepa Viva.

Para mayor información comunicarse con Tabaré Barreto, Coordinador Local de Proyecto, de la Asociación Ambiente Sur, al correo tierradelfuego@ambientesur.org.ar.

Foto de Portada: Becasas de Mar (Limosa haemastica) en Bahía San Sebastián. Foto: Luis Benegas.