Comparte un poco de amor con los Chorlitos

Día de Apreciación del Chorlito – 16 de septiembre

Con solo unas pocas excepciones, las aves playeras anidan en el suelo, construyendo nidos muy simples. Como consecuencia, sus huevos y crías son particularmente vulnerables a la depredación. Los chorlos y especies relacionadas han evolucionado para minimizar esta amenaza anidando en zonas abiertas, lo que les permite detectar depredadores a mayor distancia, y tienen huevos y polluelos muy crípticos. La detección temprana de depredadores permite que el adulto en incubación salga del nido sin ser notado, confiando en que los huevos y polluelos estén camuflados por el sustrato o la vegetación circundante.

Desafortunadamente, el éxito de la estrategia de nidos altamente camuflados en áreas abiertas y comportamientos crípticos significa que los humanos pueden tener un gran impacto en la supervivencia de los huevos y polluelos ¡sin siquiera saberlo! Para muchas especies de chorlitos esto se fundamenta en el hecho que sus hábitats preferidos son algunos de los más populares para la recreación humana, como playas, costas de lagos y humedales, y pastizales abiertos. Muchas especies de chorlos están amenazadas por los impactos directos e indirectos de las personas en sus hábitats de anidación.

Hay 20 especies de la familia de los chorlitos, Charadriidae, que ocurren regularmente en las Américas. Estas incluyen algunas de las especies y poblaciones de aves playeras más amenazadas en el hemisferio occidental. Cuatro especies se consideran Casi Amenazadas a nivel mundial: el Chorlitejo silbador (Charadrius melodus), el Chorlito patinegro (C. nivosus), el Chorlito llanero (C. montanus) y el Chorlitejo cordillerano (Phegornis mitchellii). A nivel regional, tanto el Chorlitejo silbador como la población de la costa del Pacífico de los Estados Unidos del Chorlito patinegro están incluidos en la Ley de Especies en Peligro de Estados Unidos, mientras que la población de Chorlito patinegro de la costa Estadounidense del golfo, más el Chorlito llanero y el Chorlito piquigrueso (Charadrius wilsonia) son considerados como de “Preocupación Mayor” en la evaluación más reciente del estado de conservación de las aves playeras en los Estados Unidos.

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El Chorlitejo cordillerano (Phegornis mitchellii) y su nido. Fotos: Diego Luna Quevedo.

Las poblaciones de varias especies de chorlitos se encuentran entre las menos numerosas de las especies de aves playeras (o aves) en las Américas. La subespecie caribeña tenuirostris del Chorlito patinegro tiene unos pocos cientos de aves, mientras que se cree que la población global del Chorlitejo cordillerano es de menos de 10,000 aves. Esta última especie está restringida a la tundra y pantanos cubiertos de vegetación de alta elevación (bofedales) en el sur de los Andes. ¡Su nombre en inglés refleja su impresionante plumaje y la continua incertidumbre sobre si es un playerito o un chorlito! Aunque no es estrictamente un chorlito, la especie de aves playeras más rara en las Américas es el Chorlito de Magallanes (Pluvianellus sociales). La población mundial total de esta especie de lagos y bahías patagónicas puede ser inferior a 1500 individuos.

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Chorlito piquigrueso (Charadrius wilsonia) en el sitio de la RHRAP Georgia Barrier Islands. Fotos: Abby Sterling.

La clave para la supervivencia de muchas de estas especies de chorlitos en peligro es la coexistencia entre las personas y las aves, en particular en sus sitios de anidación. Para ayudar a generar conciencia y entendimiento sobre la necesidad de compartir el espacio con los chorlitos, el 16 de septiembre es el “Día de Apreciación del Chorlito”, cuyo objetivo es crear conciencia sobre la difícil situación de los chorlitos que anidan en el suelo ¡en todo el mundo! Si bien es posible que usted haya perdido la oportunidad de compartir algo de amor con los chorlitos este 16 de septiembre, ¡márquelo en su calendario para el próximo año!