Imagina esto: Un pejerrey sale del agua cada primavera y deposita sus huevos en las playas, mientras tanto, los Playeros rojizos (la subespecie Calidris canutus roselaari) del Pacífico están viajando desde sus sitios de invernada sureños para llegar a anidar en el Ártico, y se detienen para reponerse en el mismo sitio. Sí, al igual que su sitio primo en el Corredor del Atlántico, Bahía de Delaware; en el Golfo de Santa Clara las aves playeras migratorias dependen de los huevos de una especie acuática para recargar energía durante su migración al norte.
Pejerrey. Photo: Adriana Hernández Alvarez.
El Golfo de Santa Clara es parte del sitio RHRAP Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado que fue establecido en el noroeste de México en 1992. Fue originalmente designado como Estero Río Colorado incluyendo 240.000 hectáreas, que se expandieron a 49.350 hectáreas en 2015. Más de 160.000 aves playeras usan el área cada año y la zona agregada de 45 kilómetros en la costa adyacente de Sonora comprende playas arenosas que albergan a más de 6.000 Playeros rojizos del Pacífico. Dicho número representa el 35% de la población de esa subespecie, calificando así para el cambio de categoría de “Importancia Internacional” a “Importancia Hemisférica”.
Desde 2010, los socios del sitio Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) y Pronatura Noroeste (PNO) han realizado monitoreo y marcado de aves playeras, con especial interés en los Playeros rojizos. En 2017 se contaron 6.123 Playeros rojizos y cerca de 4.000 individuos, en promedio en los ocho años de trabajo. Además, se alcanzaron más de 350 aves marcadas que fueron re-avistadas en el mismo período.
Estas playas son sitios críticos para el desove del pejerrey y la migración de los Playeros rojizos, pero también son muy importantes para los residentes locales y visitantes de fines de semana durante primavera, particularmente en Semana Santa. Las playas pueden llenarse de personas y vehículos de todas las formas y tamaños. Esos visitantes contribuyen a una de las principales amenazas en el área, la perturbación a aves playeras mientras se alimentan o descansan. También sabemos que las personas hostigan a los pejerreyes durante su desove.
El desove de pejerrey en el Alto Golfo de Santa Clara. Foto: Adriana Hernández Alvarez.
En 2016, la Oficina Ejecutiva de la RHRAP trabajó con los socios del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, que incluyen a la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP), UABCS, PNO, Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora y varios residentes locales para llevar a cabo una secuencia de tres talleres: Evaluación de Sitio, Buena Gobernanza e Involucramiento de Comunidades para dimensionar las amenazas y proponer soluciones.
Desafortunadamente, a la par de este proceso se generó un conflicto en la comunidad por la conservación de Vaquita marina (Phocoena sinus) lo cual ha impedido a los socios seguir adelante con muchos de los acuerdos alcanzados en los talleres de Buena Gobernanza e Involucramiento de Comunidades. La Vaquita es una marsopa en peligro de extinción que es afectada por ciertas malas prácticas de pesca. Las acciones para su conservación han abierto un conflicto entre el gobierno mexicano y la comunidad. Si bien se hacen esfuerzos gubernamentales para llegar a una solución en el tema, ha sido muy difícil dar continuidad a las acciones propuestas para mejorar las condiciones de conservación de los Playeros rojizos.
Un Calidris canutus y Calidris alba comen los huevos de pejerrey. Foto: Adriana Hernández Alvarez.
A pesar de que varias de las actividades se han detenido, se ha progresado en otras, incluidos los puntos de información en la playa, la creación de botargas con una competencia de nombres y el desarrollo de un manual de capacitación docente, entre otros. Los puntos de información establecidos incluyeron letreros que dicen “Pregúntame acerca del pejerrey y el Playero rojizo” y estuvieron a cargo de voluntarios que enseñaron a muchos visitantes interesados.
PNO y CONANP trabajaron con una compañía de la región para crear dos botargas de tamaño humano, una de pejerrey y una del Playero rojizo. Las botargas fueron llevadas a las escuelas donde se presentaron ante la comunidad estudiantil y bailaron junto con los niños la canción oficial de la campaña “Los golfeños cuidamos del pejerrey y de las aves playeras”, misma que fue compuesta por el Maestro Eduardo Vega. Se llevó a cabo un concurso para ponerles nombre a las botargas, y los ganadores fueron “Pizo el rojizo” para el Playero rojizo y “Alan el peje” para el pejerrey. Los estudiantes también recibieron calcomanías y loncheras con mensajes de conservación.
Las botargas de un pejerrey y un playero rojizo “Pizo el rojizo” y “Alan el peje” presentan a un grupo de estudiantes en una escuela local. Foto: María Jesús Martinez Contreras.
PNO hizo un Manual para capacitación de docentes que será usado con el objetivo de ampliar el número de aulas en las que se imparten clases sobre aves playeras.
Esta primavera, para celebrar el aniversario 25 del sitio RHRAP y ayudar a los visitantes a estar concientes de que comparten la zona con el pejerrey, los Playeros rojizos y otras especies; PNO, UABCS y CONANP llevarán a cabo en el Golfo de Santa Clara un día especial para las aves playeras con observación de aves, juegos interactivos y las alas de #todossomosavesplayeras. Pizo el rojizo y Alan el peje seguramente estarán ahí dando inicio a las actividades e inspirando los sueños de conservación.